Después de un año viviendo juntos, mi chica y yo decidimos adoptar un perro, desde el primer momento tuvimos claro que no compraríamos sino que iríamos a la protectora para ver con cual teníamos más "feeling", así es como llegó a nuestra vida el gran Judini, nombre tomado del mago Harry Houdini, Wikipedia, Harry Houdini muy apropiado para él ya que este bicho tiene un gran historial de fugas, según nos contaron su cuidadora y su veterinario.

En fin, fuimos a la protectora y nos pasamos un rato observando e interactuando con los perros que había allí, dos de ellos nos capturaron el corazón, a mi chica una perrita alegre y un poco loca llamada Ela y yo alucinando con la mirada de Judini, para los que penséis que me salí con la mía de forma indecorosa, sabed que a mi chica también la enamoró la mirada de Judini, y si por ella fuese nos habríamos llevado todos los perros de la protectora, no en vano llevaba dos semanas recitando un mantra: "quiero un perro, quiero un perro...".

Me decido a escribir esta entrada precisamente hoy que el peludo se ha meado en mi amplificador, lo cual me ha hecho darme cuenta de cómo se quiere a estos bichos, ya que es uno de mis bienes más preciados como bajista y me ha costado enfadarme con él.

Judini está todavía adaptándose a su nueva vida con nosotros después de dos años en la protectora, desde que fue abandonado y, poco a poco, nos vamos adaptando unos a otros, es increíble la compañía que hace sólo estando aquí, y el amor desinteresado que te da y que se refleja en su mirada.

Como se puede ver en la foto, es un perro mestizo, otra de las condiciones que buscábamos, mitad pastor alemán y mitad terrier, por eso tiene esos pelos raros en el hocico.

Os podría contar mil momentos graciosos y frikis de este bicho, como que duerme boca arriba, que anda hacia atrás o que es el perro con los bostezos más graciosos que he visto nunca, pero todos los que amáis a los animales sabéis de lo que os hablo.

Os dejo información de la protectora